Valencia y la comarca de la Safor fueron cuna de un Renacimiento que dio origen a grandes escritores y poetas. Un Reino con una tierra fértil y privilegiada, de ilustres caballeros y Papas. Crisol de culturas y tierra de acogida. Poco tiempo después de la conquista del Rey Jaime I a los musulmanes llegaría, al Grao de Valencia, una familia de la que nacería en 1238 el más grande alquimista medieval, Arnau de Vilanova, junto a Geber, Rhazes y Hermes. De este crisol de culturas aprendió el árabe y viajó a África perfeccionando su conocimientos en el arte de destilar el vino, en su obsesión de obtener el Elixir de la eterna Juventud. Extrajo aguardiente y el alcohol o espíritu del vino, que conoció por los árabes de la península y fue el primero en introducirlo en Occidente y en todo el arco Mediterraneo, Provenza e Italia y de desde donde se desarrollaría una cultura alrededor del vino y sus destilados.

El origen del arte de la destilación y la alquimia alrededor del vino nació con aquel niño que acabaría siendo médico de Reyes de la corte del Reino de Aragón , de Nápoles y Sicilia y de los Papas de Avignon en la Provenza francesa.