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El secreto para maridar ensaladas con vino no solo está en los componentes de esta, sino que radica primordialmente en su aliño. El vinagre no permite saborear el vino. Pero aun así se pueden preparar deliciosas ensaladas que combinan perfectamente con este producto ¿Cómo hacerlo? Te lo contamos a continuación.
En general las ensaladas maridan bien con vinos secos, ya sean estos blancos o rosados. Con base en chardonnay, sauvignon blanc o verdejos. A su vez combinan bien con manzanilla o vinos finos. Pero hay que tener cuidado con los aderezos ya que estos pueden pasar de aliados a enemigos.
Los aliños con acidez alta como el vinagre de vino o el limón pueden dar amargor e incluso sabor metálico. Para solucionar esto lo ideal es medir la cantidad de aderezo o usar vinagres balsámicos, para reducir la acidez.
Las ensaladas condimentadas con vinagres de intenso sabor pueden combinar bien con vinos blancos consistentes, fermentados en barrica y de gran cuerpo.
También puedes optar por otro tipo de aliños como el aceite de oliva o salsas que no tengan vinagre, como el pesto (que aunque se emplea mucho en pastas también combina bien con verdes). Estos tipos de aderezos maridan bien con vinos blancos frutados y afrutados.
El maridaje de ensaladas con vino puede ser una tarea desafiante, ya que muchas ensaladas tienen una variedad de ingredientes con diferentes sabores y texturas. Sin embargo, algunas reglas generales pueden ayudar a encontrar el vino adecuado para acompañar ciertos tipos de ensaladas.
Para empezar, es importante tener en cuenta el ingrediente principal de la ensalada. Si la ensalada es principalmente de verduras, como espárragos, alcachofas o berros producen efectos similares a los del vinagre. Por el contrario, la lechuga es un ingrediente que contribuye a limpiar el paladar.
Hoy encontramos gran variedad de ensaladas y en algunos casos se les incorporan frutas dulces como el melón o la manzana, que son elementos que ayudan a contrarrestar los efectos de la acidez que pueda producir el aderezo y ayudan a degustar el vino. Es posible que desee elegir un vino más ligero y fresco, como riesling secos y gewürztraminer, pero también con pinot noir o cabernet sauvignon.
Si la ensalada incluye frutos secos, se pueden combinar con vinos a base de garnacha y la francesa gamay.
Incluso si tenemos arroz como ingrediente principal en la ensalada, esta combina muy bien con vinos rosados, o las legumbres que son de sabor más dulce, encajan con vinos frescos, con poco cuerpo, blancos, rosados o tintos según los ingredientes que las acompañen y el aderezo.
También es importante tener en cuenta los aderezos y salsas que se usan en la ensalada. Si la ensalada tiene un aderezo o salsa con un sabor fuerte y picante, es posible que desee elegir un vino con un poco más de cuerpo y acidez para contrarrestar estos sabores. Un Chianti o un Zinfandel podrían ser buenas opciones en este caso. Si la ensalada tiene un aderezo o salsa más suave y delicado, es posible que desee elegir un vino más suave y afrutado, como un Riesling o un Viognier.
La clave para maridar ensaladas con vino es tener en cuenta los sabores y texturas de los ingredientes principales y los aderezos, y elegir un vino que se equilibre con ellos. Con un poco de práctica, podrá encontrar el vino perfecto para acompañar cualquier plato.
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Beber con moderación. Prohibida su venta a menores de 18 años.
Redactado por Roberto Montano
