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Tenemos la mala costumbre cuando hablamos de maridaje de creer que el vino tinto encaja con todo. Pues no es así queridos lectores, hay una serie de comidas que sencillamente lo destrozan. Y al mismo tiempo estas son arruinadas con la elección de un vino tinto. Por esto y porque tendemos a querer casar con todo este artículo de DistribucionCasadelVinoJavea, está dedicado a las mayores fatalidades que pueden maridar con vino tinto.
En nuestro blog hemos hablado muchas veces de maridajes y siempre les contamos cómo aparecen los matices entre el vino y la comida. Cómo se complementan, y se combinan… Hasta que nuestro paladar queda obnubilado con ese sabor delicioso e inolvidable. ¿Qué hacemos cuando esto sale fatídicamente mal? ¿Tiene arreglo?
Porque nos preocupa que el maridaje sea perfecto, nos preocupan los posibles desastres en la mesa y más aún si eso nos hace quedar mal con los invitados.
Para evitar caer en tremendo error, hemos seleccionado 5 maridajes fatales con vino tinto. Así que toma nota de los NO en esta materia.
Una copa de vino tinto con la suavidad de la merluza y su tersura o con la del lenguado, como para citar otro ejemplo, es como mascar papel. Estos pescados son suaves y deliciosos así que no solo se perderán con el tinto, sino que su combinación resultará amarga y astringente.
Pero se justifica, y solamente en este caso se excusa, si el vino que se elige para maridar es un vino muy fino y ligero. Pero aléjate de los vinos muy potentes porque no son un maridaje para nada acertado.
Este es sin duda el primero en el podio de los maridajes fatales. Combinar alcachofas con vino tinto, es simplemente terrible. A su favor, debemos aclarar que de por sí las alcachofas son muy difíciles de maridar. Y no solo con los tintos, es una pena ya que todos apreciamos lo delicioso de su sabor y textura.
La culpa de que sea un producto de difícil combinación se debe a la cinarina. Esta es una sustancia bromea con nuestras papilas gustativas anulando la sensación ácida y potencia el amargor. Como consecuencia de este maridaje fatal, un vino tinto parece mucho más amargo de lo que en realidad es, y al paladar nos resulta áspero. Así que ojo a la hora de pensar un vino para estas verduras, opta por un vino rosado o por qué no un vino de jerez.
Estas poco glamorosas coles, por lo general no llegan a formar parte central de un plato principal. Son más bien una guarnición.
Como en el caso anterior es una cuestión química la que hace de este maridaje una combinación fatal. Aquí lo que entra en juego son los componentes del azufre con los polifenoles del vino. El resultado del azufre con el vino tinto es como el de comer huevos podridos o mascar goma quemada, ¿ asqueroso verdad?
La solución es combinar las coles de bruselas con blancos o rosados, pero ni se les ocurra un tintillo para esta ocasión.
Aquí ponemos como ejemplo el Cabrales, pero a saber, ¡ningún queso azul va con tintos! El resultado de combinar vino tinto con queso azul es como detonar una bomba en nuestro paladar. El aroma del queso enmohecido y el picor combate a muerte con el amargo y la aspereza del vino tinto. Les recomendamos mantenerse alejados de esta combinación. En su lugar acérquense al queso con algo más suave, más untuoso como un oporto o un Cava brut, si el queso no es muy fuerte.
Para este maridaje tenemos en contra la textura y el sabor. La gelatina de las ostras parece arenosa al mezclarlas con tintos, y el tinto sabe a metal combinado con estas. Combina un albariño, cava o champagne, con estas refrescas y percibes el aroma del marisco junto al vino, cosa que no sucede con el vino tinto.
¿Qué otros maridajes fatales con vinos tintos conoces? Déjanos un comentario.
